¿Es buena la democratización de la Web?

En muy poco tiempo pasamos de la Web informativa 1.0 a la novedosa 2.0. Ya no tan solo las empresas podían tener los medios para exponerse en Internet con informaciones controladas al milímetro por ellas. Ahora les aparecen rivales, enemigos u amigos sin dinero por medio. En la Web 2.0 cualquier hijo de vecino puede dar su opinión o crear su propio site rivalizando en cliks con las mayores inversiones en Red.

La Web 2.0, caracterizada por la participación de los usuarios en la formación de contenido e interacción con este, se descubre como una nueva forma de entender el mundo. En ella cada individuo puede crear su propio espacio, compitiendo con todo tipo de empresas, organizaciones o instituciones y con la capacidad de adquirir un gran protagonismo en el medio. Y tener protagonismo en el medio no es moco de pavo. Internet pasa a ocupar un sitio cada vez más importante e influyente en la vida de los consumidores de todo el mundo y cada vez más tiene una mayor capacidad de difusión, personalización e interacción con ellos. Y con todo eso, capacidad de generar dinero.

Esta es la era dónde los consumidores deciden lo que quieren y como lo quieren. A través de Internet sus decisiones se pueden materializar, ya sea en productos, servicios o ídolos. Las empresas bien lo saben y están empezando a usar este poder para conocer su qué quiere su público objetivo. ¿Un ejemplo? Las discográficas.. Sino veamos casos de cantantes que han pasado de ser desconocidos a celebrities virtuales y de ahí han pasado a grabar discos, hacer giras, entrevistas, codear-se con las viejas estrellas y hacer fortuna. Y todo ello gracias a un puñado razonable de gente que durante mucho tiempo han apoyado su carrera amateur en Internet.

Por supuesto, las discográficas, avispadas por la crisis de su sector, han sabido invertir en lo que realmente el consumidor quiere escuchar y no lo que ellas mismas creen que los consumidores escucharán. Ya no se miran el ombligo. El sistema cambia, el orden se tergiversa. Al fin y al cabo es más seguro y rentable grabar un disco de una estrella virtual amateur con muchos seguidores dispuestos a comprar sus discos que la de un cantante sin fans descubierto por un cazatalentos en un bar de mala muerte con el cual la inversión siempre es un riesgo económico. Ahora se necesitan fans para grabar un disco y no grabar un disco para luego tener fans.

Este es el poder de Internet, hacer grandes a los pequeños, dar recursos a los que no los tienen y mostrar los “talentos” de las personas que incluso no los poseen. Porque hay que tener en cuenta que no todo el mundo que escribe, participa o muestra sus ideas en Internet sean personas formadas o con algo útil, inspirador o incluso bueno que decir. Internet tiene cabida para todos. Internet no rehúsa a nadie.

Antes la información estaba controlada por un grupo reducido de personas que eran académicos, formados, dónde todo lo que se decía y cómo se decía estaba controlado con la más estricta veracidad. Con ellos coexistían las Webs oficiales de las diversas empresas las cuales controlaban cuidadosamente su información. Ahora los académicos rivalizan con los charlatanes o sabiduría popular, rumores, mitos o ejemplos no confirmados y las empresas compiten con individuos que en sus blogs pueden destrozar una imagen en la que ellos han invertido mucho tiempo y recursos. ¿Es buena la democratización de la Web? ¿Qué ventajas nos proporciona? ¿Nadie controla la información?

El periodista norteamericano Andrew Keen en su libro “The cult of amateur” tiene una opinión muy clara. Éste acusa a la Red de convertir la cultura en una cosa de aficionados. Según él, Internet deja de lado el criterio de los académicos, críticos y periodistas que tradicionalmente habían velado por la calidad de la información. ¿Adónde vamos a llegar?, se pregunta. También afirma que “la Web 2.0 es anónima, falsa y cada vez más corrupta” y que "Es imposible separar la información de la desinformación porque el 90% son splogs (spam publicitario en los blogs)".

Y yo le digo que en cierta medida tiene razón pero que si no fuera por ello, esta estudiante de 4rto de carrera no estaría hablando de estos temas ni poniendo en duda opiniones de expertos. Así que yo digo si, la Web ha democratizado. La Web ha dado poder a los que no lo tenían por derecho, suerte, recursos o estudios y ha abierto nuevas formas de entender y compartir el mundo. Internet ha materializado la condición de igualdad entre sus usuarios, sin discriminaciones de las cuales habitualmente la cultura era protagonista. Internet ha hecho de la “libertad” algo un poquito más asequible para todos. Así que, ¡Que viva la democracia, que viva Internet!

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